Pon a Dios en el número 1 de tu lista de prioridades del día o de tu plan de vida, no al final de ella...Dios te ama y te quiere cerquita de él, el quiere escuchar tu voz que le platica como estuvo tu día y todo lo que hay en tu corazón. Acercate a él y extiende en su presencia todas tus tristezas y problemas. El tiene la solución y la paz que tu corazón necesita.