Siempre la comida nos relaciona a todos por ser ese momento especial del día y uno de los secretos de Contramar ha sido la constancia en el servicio al cliente.
Así se puede definir a los mexicanos: somos muy buenos en lo que hacemos, contentos de estar abiertos al cambio, mirar hacia adelante sin dejar de mirar hacia atrás, como dice uno de nuestros invitados a este episodio.
Otro de los ingredientes especiales es el amor con el que se hacen las cosas en un restaurante para todo mundo, con platillos memorables y que les gusten a todos.
En esta conversación con la nueva generación llegamos a una conclusión: Nadie hace nada extraordinario sin trabajar un chingo.