Es habitual quejarnos de nuestras ataduras como si fuera inevitables. Sin embargo solo nos retienen. El rencor o la acusación son formas de seguir aferrados a relaciones que NO deseamos
Es habitual quejarnos de nuestras ataduras como si fuera inevitables. Sin embargo solo nos retienen. El rencor o la acusación son formas de seguir aferrados a relaciones que NO deseamos