Entonces el Señor le preguntó: “¿Qué tienes en tu mano?” Éxodo 4:2

Al principio, fue abrumador para Moisés. Dios estaba pidiendo a Moisés que se acercara al Faraón para exigir que dejara salir a los israelitas.

Encontramos a un Moisés frágil de carne y hueso, que tenía miedos, dudas y que tendía a concentrarse en sus debilidades, ó en lo grande de los desafíos que tenía por delante.

Moisés no podía comprender cómo iba a funcionar LA ENCOMIENDA QUE TENÍA POR DELANTE. Él le preguntó a Dios que debía hacer si nadie lo escuchaba, un humilde pastor que había pasado los últimos 40 años de su vida guiando nada más que ovejas en la parte posterior del desierto.

¿Y qué le dijo Dios en respuesta? ¿Qué tienes en la mano?

Le era casi imposible pensar si tenía algo en sus manos que podía ser utilizado por Dios, para enfrentar lo que venía

Dios lo sorprende al hacerle la gran pregunta y el responde: "Una vara. Solo una vara."

Pareciera que simplemente es una vara, es ese un instrumento de pastor con el que trabajaba arduamente y con el cual pastoreaba las ovejas de su suegro en el desierto.