La parábola del sembrador nos ilustra los diferentes tipos de terrenos (corazones) que existen. Es Jesús quien nos da una explicación de cada tipo de terreno y porque la semilla puede o no crecer. Este episodio nos lleva a reflexionar acerca de nuestras vidas y en querer ser terrenos fértiles donde realmente la palabra sea eficaz y germine en nuestras vidas.