La pregunta adaptada a nuestros tiempos es: “¿Qué andás discutiendo por la vida?”. Cuando las personas se vienen quedando sin contenido ni argumentos comienzan a ir discutiendo por la vida sin una base sustentable que haga, que esas discusiones, se transformen en algo transformacional en ellos. Estamos viviendo tiempos de mucha discusión social. Están sobre la mesa discusiones sobre inclusión, género, justicia social, distribución de riqueza, desigualdad, familia, roles, etc. etc. En el ámbito espiritual también existen discusiones sobre ¿Cuál lugar le vamos a dar a lo espiritual en nuestra vida? ¿Qué lugar ocupa Jesús en nosotros? ¿Qué tipo de discusiones espirituales mantengo? Las discusiones espirituales sin un contenido verdaderamente espiritual nos llevan a conversar sobre religión, estructura, talleres, cursos, eventos y dogmas creados por las personas para entretener y no para transformar. Estos 2 discípulos estaban discutiendo sobre la persona de Jesús que habían conocido, pero no sobre el Jesús hijo de Dios. Eso pasa cuando perdemos la mirada en Él.