El sabio de corazón acata los mandamientos, pero el de palabras tontas va camino al desastre. Quien se conduce con integridad anda seguro; quien anda en caminos perversos será descubierto. Quien guiña el ojo con malicia provoca pesar; el necio y murmurador va camino al desastre. Proverbios 10:8-10