El narcotráfico erigió una estructura de control sobre muchas comunidades, paralela a la del gobierno en sus tres órdenes. Fue así como la cultura de la violencia a nivel “doméstico” cambió y se tornó bestial, como la hemos constatado en épocas recientes. Desde mi particular punto de vista, en Morelos todavía padecemos una cultura de la violencia, que se mezcla con la cultura del “narco” y la venta de armas.