La gordofobia, el gordodio, y esa sociedad formateada para no integrar.

Las víctimas como co-responsables de abusos y violencias... y esa sumisión que compramos como estrategia de contención-prevención.

Vulnerabilizar como verbo y marca de este año bisagra. 

Hubo lados. Sí. Pero no es grieta: sólo viejas prácticas aceptadas.

La construcción de la vulnerabilidad como base de sustentabilidad de la vieja y conocida exclusión.

Por qué en este doblez de la historia del mundo la exigencia es volver a un sistema educativo que comprobamos un año entero como anacrónico?

Un #RajádeAcá que llega a los 23 todavía con preguntas sobre nosotros y las piedras que nos quedan cómodas para tropezar.

La #ViolenciadeGénero en el Sector Público, los cómplices por conveniencia, y todo lo micaelizados que no les importa estar.

No las elegimos para ser tus "putas", para que piensen, digan, hagan y sean todo lo que pedís.

El año entra en balance, con sus espejos rotos e ideales por romper.

Las reconstrucciones que nos esperan con las mismas deudas de inclusión.

Comunicación gubernamental, donde tocan la canción, y las audiencias virtuales sin guía y patrón.

Quién puede decir que tu voz no vale?

Minería, el debate por el perfil productivo de mi Chubut y los tiempos que se terminaron... se admita o no.

Recrear mundos que ya no son y no debieran volver a ser es error elegido. Seremos nosotres?

Gracias, grieta. Llevate eso que ya no servía más.

El año de la pandemia va cerrando ciclos y nos deja frente a lo que somos: los mismos de siempre, tomando las mismas decisiones convenientes.