El doble ánimo puede manifestarse de diversas formas en nuestras vidas: dudando de nuestras creencias, fluctuando entre obedecer a Dios o seguir nuestros propios deseos, o siendo inconsistentes en nuestro testimonio cristiano. La Biblia nos llama a ser personas de convicción, arraigadas en la verdad de la Palabra de Dios y comprometidas con vivir de acuerdo con ella.