FORMACIÓN DEL CARÁCTER
Exigir demasiada atención, protección, y amor a otra gente sólo puede incitar en los mismos protectores la repulsión y la dominación… DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 41
Cuando en el Cuarto Paso descubrí mi necesidad de aprobación, no creí que esto debiera considerarse un defecto de carácter. Prefería pensar que era una cualidad ventajosa (es decir, el deseo de agradar a la gente). Pronto se me hizo ver que esta “necesidad” puede ser paralizadora. Hoy todavía me agrada recibir la aprobación de otros, pero no estoy dispuesto a pagar el precio que acostumbraba pagar por obtenerla. No tengo que doblarme como una lombriz para gustarle a otros. Si yo obtengo su aprobación, está muy bien; pero si no, puedo sobrevivir sin ella. Soy responsable de decir lo que yo considero es la verdad, no lo que crea que otros quieren oír. Igualmente, mi falso orgullo siempre me mantenía demasiado preocupado por mi reputación. Desde que fui iluminado en el programa de A.A., mi objetivo es mejorar mi carácter.