Cuando tus fuerzas son muy superiores a las del contrincante, seguramente deseas una guerra relámpago para terminar lo más rápido posible. Pero cuando eres la parte más endeble, debes recurrir a todos los medios a tu alcance para que los agresores no puedan alcanzar su objetivo fácil y rápidamente. Por ejemplo, puedes elegir el campo de batalla más cerca de ti, así que cuando tus adversarios lleguen allí desde lejos, ya estarás bien preparada y descansada. Al contrario, si el enemigo tiene un acantonamiento estable y seguro, debes encontrar maneras que le hagan sentirse amenazado y que le obliguen a movilizarse para agotarlo en acciones incesantes.