Hace unos años, una amiga mía se mudó a una casa que era bastante antigua y, según los vecinos, estaba embrujada. Al principio, ella no creía en nada de eso, pero poco a poco comenzó a experimentar sucesos extraños.
Una noche, mientras estaba viendo televisión, vio una sombra en la esquina de su ojo. Al darse la vuelta, no había nadie allí. Otro día, cuando llegó a casa, encontró todos los armarios de la cocina abiertos, pero no había señales de que alguien hubiera entrado.
Sin embargo, lo que más la asustó fue una noche en la que se despertó a medianoche y vio a una mujer vestida de blanco parada al lado de su cama. Se quedó paralizada de miedo y no se atrevió a moverse hasta que finalmente la figura desapareció.
A medida que pasaban los días, las apariciones se hicieron más y más fuertes, hasta que mi amiga decidió cambiar de casa. Sin embargo, todavía hoy no sabe explicar lo que sucedió en aquella casa antigua y misteriosa.