Como seguidores de Jesucristo, la voluntad de Dios es que seamos un cuerpo de creyentes transformados a imagen de Cristo para alcanzar su plenitud. En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel como nación debía preparar el escenario para la Iglesia. Como nación, ¡debían reflejar quién es Dios! Como sabemos, fallaron terriblemente una y otra vez, y llegado el momento terminaron en cautiverio. En el Nuevo Testamento, el apóstol Pedro puso a la nación de Israel como prototipo para describir a la Iglesia de Jesucristo. Somos un pueblo elegido, sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso podemos mostrar a otros la bondad de Dios, pues él nos ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.

Este Principio es parte de la nueva “Biblia QR: Principios para vivir”, escrita por el Dr. Gene Getz. Accede a toda su enseñanza en bibliaqr.com

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