Durante siglos, la humanidad ha buscado una forma de detener o incluso revertir el paso del tiempo. Desde las fuentes de la juventud de la mitología hasta los modernos suplementos antiedad, la obsesión con la longevidad ha sido constante. Pero hoy, esa búsqueda ya no se basa en sueños o supersticiones, sino en avances reales de la biotecnología. Y al frente de esta revolución está un concepto tan poderoso como inquietante: la reprogramación celular.