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Salvador Vivas | Lucas 20:41-21:4 |
41 Entonces Jesús les preguntó: «¿Cómo es que dicen que el Cristo es hijo de David? 42 Pues David mismo dice en el libro de los Salmos:
El Señor dijo a mi Señor:
“Siéntate a Mi diestra,
43 Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies”».
44 «David, por tanto, lo llama “Señor”. ¿Cómo, pues, es Él su hijo?».
45 Mientras todo el pueblo escuchaba, dijo a Sus discípulos: 46 «Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes; 47 que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; ellos recibirán mayor condenación».
21:1 Levantando Jesús la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro. 2 Vio también a una viuda pobre que echaba allí dos pequeñas monedas de cobre;
3 y dijo: «En verdad les digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos; 4 porque todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir».
By Iglesia El RedilSalvador Vivas | Lucas 20:41-21:4 |
41 Entonces Jesús les preguntó: «¿Cómo es que dicen que el Cristo es hijo de David? 42 Pues David mismo dice en el libro de los Salmos:
El Señor dijo a mi Señor:
“Siéntate a Mi diestra,
43 Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies”».
44 «David, por tanto, lo llama “Señor”. ¿Cómo, pues, es Él su hijo?».
45 Mientras todo el pueblo escuchaba, dijo a Sus discípulos: 46 «Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes; 47 que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; ellos recibirán mayor condenación».
21:1 Levantando Jesús la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro. 2 Vio también a una viuda pobre que echaba allí dos pequeñas monedas de cobre;
3 y dijo: «En verdad les digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos; 4 porque todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir».