Notas en Español e inglés 👇
Rut 4: La honra de un hombre íntegro.

Rut 4:11-22:
Todos los del pueblo que estaban presentes en la puerta con los ancianos dijeron: —Somos testigos. El SEÑOR haga a la mujer que entra en tu casa, como a Raquel y a Lea, quienes juntas edificaron la casa de Israel. ¡Que te hagas poderoso en Efrata y tengas renombre en Belén! Con los descendientes que el SEÑOR te dé por medio de esta joven, sea tu casa como la casa de Fares, el cual Tamar dio a Judá.
Boaz tomó a Rut y ella fue su mujer. Él se unió a ella, y el SEÑOR le concedió que concibiera y diera a luz un hijo. Entonces las mujeres decían a Noemí: —¡Alabado sea el SEÑOR, que hizo que no te faltara hoy un pariente redentor! ¡Que su nombre sea celebrado en Israel! Él restaurará tu vida y sustentará tu vejez porque tu nuera, que te ama y te es mejor que siete hijos, lo ha dado a luz.
Noemí tomó al niño, lo puso en su seno y fue su ama. Y las vecinas le dieron nombre diciendo: —¡Un hijo le ha nacido a Noemí! Y le pusieron por nombre Obed. Él fue el padre de Isaí, padre de David.
Esta es la historia de los descendientes de Fares: Fares engendró a Hesrón. Hesrón engendró a Aram. Aram engendró a Aminadab. Aminadab engendró a Najsón. Najsón engendró a Salmón. Salmón engendró a Boaz. Boaz engendró a Obed. Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.
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Este es el último capítulo de esta fascinante historia de redención y amor.
Noemí y Rut ahora estaban en manos de Booz, el pariente redentor, pero antes de él ya había otro que mostró interés en poseer las tierras de los difuntos pero se desanimó al ver que debía restaurar el nombre del difunto casándose con la viuda.
Este obstáculo fue quitado del camino para que Booz tomara posesión de la herencia y adquiriera la responsabilidad de edificar una familia en nombre del difunto. Esto no le importó a Booz porque vio en Rut una mujer ejemplar, valorando sus actos de amor y abnegación. Esto también es digno de admirar, la perspectiva con que él miró a Rut como un regalo de Dios, como una oportunidad de ser bendecido, a diferencia del otro pariente.

Estas dos formas de perspectiva ante un problema que debía resolverse es lo que cada uno de nosotros debemos hacer si tenemos algún conflicto en el hogar.
Cuando un problema escala y toca el borde de la separación es porque cada uno está mirando a su pareja con ojos de desprecio, con desdén, pensando siempre lo peor, mirando solo los defectos y murmurando lo horrible que es vivir con esa persona.
En cambio, si miramos desde los ojos de Booz veremos la oportunidad que Dios nos ha dado para bendecirnos con la pareja y los hijos que Dios nos ha dado. Aunque encontremos en el camino tropiezos para poder llegar al propósito que Dios tiene para nuestras vidas, luchemos y avancemos hacia la meta, resolviendo cada problema, un día a la vez.

Cuando confrontamos los obstáculos y hacemos lo que es correcto, el resultado de nuestras acciones serán recompensas incomprensibles.
Booz restauró el nombre de Noemí y Rut, tuvieron un hijo que fue el abuelo de un joven que sería llamado "un hombre conforme al corazón de Dios", su nombre sería David, el futuro rey de Israel.
Los efectos de un comportamiento ejemplar, de actos de valentía, misericordia y honor convirtieron a un hombre respetado como Booz en un hombre con una dinastía inolvidable, siendo el ascendiente del rey David y del Salvador del mundo, Jesucristo.

Si tenemos la mente de alguien que desea hacer lo correcto, y comienza a mirar el potencial que hay en cada uno de los miembros del hogar, podremos entenderlos mejor y ayudarlos a alcanzar sus propósitos de vida y la misión que Dios tiene para cada uno de ellos.

Soy Eduardo Rodríguez. Que el Señor te dé visión para guiar tu hogar.

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Ruth 4: The honor of a man of integrity.