La ruta es un trazado de 4 kilómetros de ida y vuelta que parte del entorno de la Cala del Moraig, en Alicante, un lugar espectacular en el que darse un baño en sus aguas turquesas y no tan templadas como gran parte del Mediterráneo. La ruta está perfectamente indicada y transcurre por una senda estrecha de tierra que sube y baja de manera constante. No es especialmente dura, salvo si padeces de vértigo, aunque también hay tramos algo resbaladizos. Pero solo caminar bordeando el mar durante todo el trayecto ya merece la pena.