La última película de Hitchcock es tan desconocida cómo la primera y tiene más de alguna sorpresa e innovación. Acompañado de un equipo de trabajo experimentado, el rey del Suspense presenta un thriller de tono humorístico que trata de evitar repetir las fórmulas por las cuales era conocido este director cuya fama siguió expandiéndose gracias a sus apariciones en TV.