La vida tiene sabor. Algunas vidas saben a amargura otras saben a dulzura. El sabor de la vida tiene que ver con el contenido que le demos. Podemos sazonarla
con cosas amargas o con otras dulces que hagan de ella una vida rica para saborearla y disfrutarla.
El gusto es la capacidad de detectar sustancias a través de los receptores gustativos, el sentido corporal que permite la detección de sustancias químicas disueltas en la boca, procedentes generalmente de los alimentos.
El sentido del gusto puede considerarse una fuente de placer, pero su función consiste en permitir seleccionar aquellas sustancias más adecuadas para la nutrición y evitar en gran medida las que pueden representar un peligro para la vida por ser tóxicas o por encontrarse en estado de descomposición.
Los sabores primarios conocidos con los que se identifica a los alimentos son dulce, salado, ácido y amargo.
Nuestra vida también se identifica con los gustos primarios. Desarrollemos aquellos gustos primarios que para tener una vida digna de saborear y disfrutar.