Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación.
Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.