Dormir es una función biológica tan fundamental como respirar o alimentarse. Pasamos aproximadamente un tercio de nuestras vidas dormidos, y sin embargo, seguimos sin comprender por completo por qué lo necesitamos. Esta necesidad universal plantea una pregunta provocadora: ¿es posible vivir sin dormir? ¿Puede el ser humano adaptarse a un estado de vigilia constante sin consecuencias fatales?