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Las palabras “delincuente” y “abogado” no deberían estar juntas, pero Ricardo Antonio Pellerano, socio de la firma de abogados Pellerano y Herrera, es un ejemplo de que la toga no es impedimento para cometer delitos, actuar deshonestamente y avergonzar la profesión. Aquí sabrás la razón.
By Arturo LucianoLas palabras “delincuente” y “abogado” no deberían estar juntas, pero Ricardo Antonio Pellerano, socio de la firma de abogados Pellerano y Herrera, es un ejemplo de que la toga no es impedimento para cometer delitos, actuar deshonestamente y avergonzar la profesión. Aquí sabrás la razón.