En la conversión del agua en vino, lo mejor del relato no es el milagro en sí, sino lo que señala: la salvación mediante Jesucristo. Y no es preciso caminar kilómetros para llegar a Cristo. Cuando clamamos con fe, él responderá.
En la conversión del agua en vino, lo mejor del relato no es el milagro en sí, sino lo que señala: la salvación mediante Jesucristo. Y no es preciso caminar kilómetros para llegar a Cristo. Cuando clamamos con fe, él responderá.