Así como el mar sostiene en su abrazo toda vida creada que ha sido designada a su esfera, así el aire sostiene en su abrazo esas formas creadas de vida que le pertenecen. Estos ,el aire y el agua, son dos eslabones que siempre están activos entre lo humano y lo Divino, o el cuerpo físico y el Cuerpo de Fuego Blanco.