Aunque el agua es abundante en todo el mundo, gran parte de ella no está disponible directamente para uso humano ni para las necesidades ambientales. Como resultado, muchas regiones están experimentando actualmente sequía y escasez de agua. Los impactos de la sequía y la escasez de agua son numerosos e incluyen malas cosechas, escasez de alimentos y hambrunas, pérdidas económicas como resultado de la interrupción de las actividades comerciales y la degradación de los ecosistemas terrestres y acuáticos. Se espera que la escasez de agua sea uno de los problemas mundiales más urgentes en el futuro cercano, tanto en términos de probabilidad de ocurrencia como de impacto.