Un nuevo espacio dedicado al arte, la creación artesana y el emprendimiento rural se abre paso en Cascante. El adjetivo "nuevo" le viene como anillo al dedo, puesto que se trata de un proyecto que se ha ideado, construido y detallado desde abajo, desde los cimientos hasta hoy, cuando está próximo a abrir sus puertos en la Calle Victoria de Cascante. Pero el nuevo taller y espacio comercial de Sergio Gómara es un nuevo eslabón en una trayectoria que contempla cuatro décadas, desde que este artesano -de raíces cascantinas y guipuzcoanas- comenzó a formarse de manera autodidacta en la artesanía en piel, en el diseño y la fabricación manual de artículos de moda.
Hoy, cuarenta años después de aquella primera etapa, en la que vendía sus creaciones en ferias, mercadillos y foros de artesanía; después de haber recorrido Ferias Internacionales de media Europa con sus diseños, de haber puesto en marcha establecimientos comerciales en Burguete, Donosti y Cadaqués; después de las tiendas cascantinas de la calle Corralazos y la calle Primicia, pone en marcha un nuevo espacio de creación artística que hunde sus raíces arquitectónicas en el antiguo trujal de Baltasar, una antigua almazara cascantina de casi un siglo de historia, la cual ha sido rediseñada y remozada de arriba a abajo.
Hemos sacado los trastos a la calle, y nos hemos ido a conversar con él, para que nos cuente los pormenores de este proyecto, que como tantos otros, colabora con Estaciones Sonoras.