Es tan fácil y común, que nos enfoquemos en lo que nos falta o lo que aun no logramos que perdemos de vista a Jesús, su amor y su poder. Pito me enseñó a orar con el enfoque correcto, con acción de gracias. Aprendí que el agradecimiento no sólo te hace más feliz por lo que ya pasó. Sino que te llena de fe, preparando tu corazón, para el próximo milagro.