Es importante que aprendamos a administrar la mente, es decir, que sepamos que hacer día a día para gestionar efectivamente los pensamientos. Debemos analizar y filtrar nuestros procesos internos (2Co.10:3-5) (Fil.4:8) La palabra de Dios nos da las pautas para saber manejar los pensamientos y para reaccionar en consecuencia haciéndolo de la manera correcta.

 

Nuestra mente es tan importante para Dios que la incluye en el 1er. mandamiento (Mt.22:37) Si no tenemos una mente sana y renovada no podremos dedicar toda nuestra mente a amarlo como Él lo merece.

 

Hoy veremos a detalle ¿Cuáles hábitos necesito desarrollar para una gestión de pensamientos efectiva?

 

  Reconocer que estamos inmersos en una guerra espiritual, y que la batalla se da en tu mente (áreas que Satanás controla porque has aceptado sus creencias) (2Co.10:3-5)

El único poder de la serpiente: la palabra, la mentira. La única salvaguarda del hombre: la palabra de Dios. (Gn.2:16-17) (Gn.3:1-6)

“Ten mucho cuidado con tus pensamientos porque ellos se transforman en palabras. Ten mucho cuidado con tus palabras porque ellas se transforman en acciones. Ten mucho cuidado con tus acciones porque ellas se transforman en hábitos. Ten mucho cuidado con tus hábitos porque ellos moldean tu carácter. Y ten mucho cuidado con tu carácter porque de este dependerá tu destino”

La vida de derrota o de victoria depende los pensamientos que aceptas, o dicho de otro modo, depende de si aceptas los pensamientos de Dios o los de Satanás.

 

Aprender a distinguiendo los pensamientos tuyos y lo que no son

No porque aparezca en tu mente es necesariamente tuyo. Aquí vemos que existen tres fuentes de los pensamientos:

Satanás (Mt.16:21-23) La Biblia la única salvaguarda contra aceptar pensamientos del enemigo (Sal 119:9)

El Espíritu Santo, Dios mismo  (Mt.16:17) (Jn.6:44) (Sal.139:17) (Is.55:9)

Tú mismo, nuestra propia mente (1.Co.7:12) (Mt.9:4) (Sal.94:11) (Ef.2:3)

Un parámetro para la distinguir si es bueno o no. Recomendaciones de lo que debemos pensar (Fil.4:8)

Si has tenido un mal pensamiento debes arrepentirte (Hch.8:22)

 

Reaccionar apropiadamente según la fuente de cada pensamiento. 

Aceptar-Rechazar/creer-descreer conscientemente el pensamiento que se introduce en tu mente. (Mt.4:1-11)

Recházalo frontalmente (apártate de mí Satanás. (Mt. 16:32), Vete Satanás… (Mt.4:10)

Dejarte guiar por el Espíritu Santo (Ro.8:6) (Mt.9:4)

Cuando estés frente a un pensamiento que no viene de Dios, debes traer a la mente un versículo de La Palabra o un pasaje de la Biblia que te ayude a filtrarlos o confrontarlos.

Memoriza la Biblia (versículos, pasajes, libros completos). Nuestra responsabilidad aceptar sólo pensamientos que vienen de Dios rechazar los pensamientos del enemigo y filtrar los nuestros para confirmar si cuadran con La Palabra. (Prov.3:1) (Jos.1:8)

 

Desarrollar la disciplina diaria y necesaria para generar el hábito

Practica, una y otra y otra vez (Sal.119:15)

Es un reto, estar consientes de cada uno de los pensamientos. (Sal.119:97) (Heb.4:12)

Decir adiós a la flojera mental (Ecles.10:18)

 Es una guerra en la mente. (Prov.16:3) ()

Jesús tuvo necesidad de practicar este hábito,  con mayor razón nosotros debemos ser disciplinados. (Sal.26:2)

Reconocer que Somos más los susceptibles a Los ataques en la mente cuando:

Estás cansado mentalmente (no tienes la fuerza o las ganas para analizar bien un asunto) (Is.40:29) (Sal.38:6)

Emocionalmente cargado, hay heridas emocionales que aún no sanas (no tienes la mente “despejada” pierdes la perspectiva de Dios) (Sal.94.19)

Estas saturado (no tienes “la mente” para analizarlo bien

Físicamente o emocionalmente adicto (tienes tus intereses comprometidos). –no has muerto. (Ro.8:9)

Estás desconectado de Dios. (Ef.4:18)

Ignoras la palabra de Dios. (Os.4:6)