Dios no es indiferente a la maldad ni al sufrimiento de sus criaturas: Él se preocupa por ellos. Esto debería reconfortarnos y confrontarnos a la vez. Debemos acabar con nuestra indiferencia hacia aquellos que han sido creados a imagen de Dios.
Dios no es indiferente a la maldad ni al sufrimiento de sus criaturas: Él se preocupa por ellos. Esto debería reconfortarnos y confrontarnos a la vez. Debemos acabar con nuestra indiferencia hacia aquellos que han sido creados a imagen de Dios.