Si el Espíritu Santo nos hace pedir lo que conviene, es entonces que el Espíritu Santo habla con Dios en la oración. Es Dios hablando con Dios, lo que hace que nuestra oración sea plena, consciente, activa y fructuosa.
Si el Espíritu Santo nos hace pedir lo que conviene, es entonces que el Espíritu Santo habla con Dios en la oración. Es Dios hablando con Dios, lo que hace que nuestra oración sea plena, consciente, activa y fructuosa.