Todos los cambios son reiterativos cuando giran y giran entorno a cuerpos y formas a lo largo del tiempo. Creer poder controlar estos, es arrogancia. Únicamente, en la humildad de rendir la egoica formulación, la luz de la plenitud de DIOS -en su Divina Unicidad- nos establece en un aquí y ahora que trasciende el tiempo y sus formas, en un sagrado e intemporal ámbito de Amor, Verdad y Plenitud que por siempre ES.