El apóstol Pablo le pidió a Dios que lo libre de un azote en su carne y recibió un "bastate mí gracia" como respuesta y él entendió que mostrándose débil era como iba a poder luchar con el pecado que vivía en él
El apóstol Pablo le pidió a Dios que lo libre de un azote en su carne y recibió un "bastate mí gracia" como respuesta y él entendió que mostrándose débil era como iba a poder luchar con el pecado que vivía en él