Al Mallorca le sonríe la vida. Se reforma el estadio, se desbloquea la situación del Lluís Sitjar, los jugadores rinden y se le gana al Villarreal (0-2) con una suficiencia que ya no se recordaba en Primera División. Estos días de vino y rosas llevan en gran parte la firma de dos profesionales que se han ganado el corazón de los mallorquinistas con todas las de la ley: Vedat Muriqi y Javier Aguirre.