Tomar malas decisiones también se vuelve un estilo de vida y el autosabotaje y el autoengaño son sus principales amigos. Lo peor del caso es cuando tomar malas decisiones es algo que nos gusta y aun que nuestro instinto trate de salvarnos de situaciones o personas seguimos eligiendo lo mismo, entrarle a ver qué pasa, movidos meramente por impulsividad.