Pasamos del mejor episodio de la temporada 'Q Who' a uno de los peores, 'Samaritan Snare'. No nos aventuramos a decir que el peor porque sospechamos mucho del último. Es una intuición que tenemos, no nos hagáis decir por qué.

No sabemos cómo, pero nuestros héroes están a punto de sucumbir en las circunstancias más estúpidas y a manos de los aliens más idiotas de la galaxia, tras haber salvado el Universo en varias ocasiones y sobrevivir a los Borg justo hace una semana.

Picard, casi muere en la mesa de operaciones porque nadie sabía a qué botón apretar, solo Pulasky, pero estaba lejos y Skype había caído. Quizás fue culpa de ese café que tomó en la lanzadera. Eligió un mal día para dejar de tomar su Earl Grey caliente.

La Forge recibe dos disparos de phaser porque O'Brien no estaba en la sala del transportador y Troi llegó tarde al puente a avisar a Riker porque la pillaron en el lavabo y el mono que viste no es cómodo para esos quehaceres tan cotidianos. Con el traje del episodio piloto, esto no hubiera pasado.

A pesar de lo absurdo de las situaciones y los diálogos del episodio, tenemos un desarrollo importante para personajes principales.

Se establece que Picard tiene un corazón artificial y cómo 'se lo ganó'. Se planta la semilla, pues, para el magnífico episodio 'Tapestry' con Q.

También vemos a Riker al frente de la Enterprise, aunque cometiendo errores de bulto, que sabemos que no cometerá de nuevo en la Zheng He.

Tenemos, por fin, cierto protagonismo de La Forge. Él sí que sabe qué botón apretar incluso en otras naves alienígenas.

Y finalmente, sabemos que Wesley ha aprobado los exámenes para entrar en la Academia de la Flota Estelar, así que ya queda menos para que tenga que marcharse a clase.