El caballo ha sido desde siempre uno de los grandes compañeros de vida del ser humano. Primero del indio, luego del gaucho; hoy, del hombre de campo. Esa relación hombre o mujer con el caballo, puede darse de diversas formas, pero hay una muy especial en la que entran en juego no sólo los cuerpos sino, y fundamentalmente las almas. Es cuando ese contacto se transforma en danza, en reconocimiento de uno con el otro y, sobre todo, en formas de ganarse mutuamente la confianza. La doma-india es un método para amansar caballos que nos legaron los indios y que los Scarpati conocen como pocos. A ellos se los heredó don Cristóbal Luna, descendiente de Ranqueles y amigo de Oscar Scarpati, padre de Cristóbal, digno seguidor de su padre en ese arte milenario y hermoso de amansar caballos al estilo indio.