En un pequeño pueblo rodeado por montañas y bosques espesos, vivía una joven llamada Sofía, conocida por su habilidad de interpretar sueños. Desde niña, sus propios sueños eran tan vívidos que, al despertar, podía recordar cada detalle como si los hubiera vivido. La gente del pueblo acudía a ella buscando respuestas sobre aquellos extraños relatos nocturnos que escapaban de su comprensión.