En una sociedad donde las dinámicas son masivas y paralelamente exclusivas, el soñar se vuelve un producto mercantil y un objeto comerciable, donde los detalles son sólo fondos de las formas. Se pretende rescatar el soñar como una búsqueda de la autenticidad humana, como una actividad biológica trascendental. A través de comentarios y visiones de personas distintas en edad, sexo y actividad, se forma un banco textual y conceptual que sirve de base para la estructura ficticia del programa. Director Daisuke Amezcua Furuya. 2002.