El entorno que nos rodea no es un obstÔculo para que Dios haga realidad los sueños. No dejemos que la negatividad condicione nuestra fe en que éstos pueden realizarse. Quien posee sueños tiene una activación de lo sobrenatural. El sueño es lo que hace crecer al soñador; este harÔ despertar su adormecido potencial. Ser sensible a Dios es una etapa en el proceso de hacer realidad los sueños; el entendimiento espiritual es necesario para lograrlo. Si queremos ver nuestro sueño en la realidad es vital asumirlos: (1) Aceptar el reto, y (2) Decidir pagar el precio. *Grabado el 11 de agosto de 2023 para Cielos Abiertos (Curaçao)