Regularmente se habla de Elvis Presley el 8 de enero cuando se recuerda su nacimiento en Tupelo y el 16 de agosto cuando sus seguidores realizan largas vigilias para ir a su tumba y recordar el momento de su muerte en el año 1977.
Pero siempre es un pretexto hablar de su vida, del tono particular de su voz, de ese ritmo activador que lo convirtió en un fenómeno del baile y que haciendo un juego de palabras con su nombre, lo convirtió en “pelvis” Presley.