Nació en Zamora, en una familia acomodada. Era hijo de un notario vallisoletano. Pero vivió una vida muy agitada, impropia de esos orígenes, en tres continentes. Una vida en la que no le faltó ni la cárcel. Tres años de cárcel. Y como él mismo dice en un poema, “no como prisionero político sino como delincuente común”. Se llamaba Felipe Camino Galicia de la Rosa, y ha pasado a la historia de la literatura como León Felipe, nombre que adoptó con su libro Versos y oraciones del caminante, que es de 1919.