Dios vino a buscarnos. Él decidió adoptarnos. Y lo hizo pagando el precio por nuestra adopción en Jesucristo, su hijo. Dios nos recuperó, sin merecerlo.
Dios vino a buscarnos. Él decidió adoptarnos. Y lo hizo pagando el precio por nuestra adopción en Jesucristo, su hijo. Dios nos recuperó, sin merecerlo.