En los 90s, Locomia se adueñó por completo de la noche de los mejores boliches en argentina. Sus canciones pegadizas eran acompañadas por un particular vestuario que ellos mismos producían: zapatos en punta, trajes estridentes con hombreras y abanicos que fueron su marca registrada ayudaron a que rápidamente se ganaran el cariño y fanatismo de la gente.