En este episodio, Tía Francis nos lleva al altillo de la casa de Margarita, una amiga boliviana llena de alegría y simpatía. A través de su relato, nos cuenta cómo, sin importar las dificultades que enfrentaba, Margarita siempre lograba irradiar una sonrisa y una energía especial que tocaba a todos los que la rodeaban.
En este lugar acogedor, con el aroma del té de menta llenando el aire, se tejieron historias de amistad, vida y esperanza. ¿Qué secretos guardaba ese altillo y cómo el calor de su amistad transformaba a quienes la conocían? Descúbrelo en este relato lleno de emotividad y enseñanzas de vida.