Muchas veces el bullicio de la vida o la abundancia de cosas innecesarias nos vuelve sordos a la voz de Dios, es ahí cuando es necesario ir al desierto y que Dios hable a nuestro corazón...
Muchas veces el bullicio de la vida o la abundancia de cosas innecesarias nos vuelve sordos a la voz de Dios, es ahí cuando es necesario ir al desierto y que Dios hable a nuestro corazón...