Cristina Rondero y José Luis Bohórquez, estudiantes de la Universidad EAN, crean un brazo robótico para asistir a personas en escritura y automatizar procesos como el empaquetado. El brazo puede adaptarse a procesos industriales que permiten incluso la clasificación de objetos o la manipulación de piezas. El brazo fue fabricado mediante impresión 3D y su programación permite reconocer la posición en el espacio y ejecutar instrucciones precisas enviadas desde un computador.