La temperatura de funcionamiento es un parámetro importante que los productores cerámicos deben tener en cuenta para evitar problemas de aplicación que también pueden afectar negativamente a la calidad del producto acabado.
Sin embargo, este parámetro no siempre es fácil de gestionar, especialmente si tenemos en cuenta las fluctuaciones provocadas por la estacionalidad.
El episodio aborda el tema con la ayuda de ejemplos concretos, destacando los principales escenarios y las diferentes palancas sobre las que se puede actuar para gestionar mejor las anomalías que pueden producirse a lo largo de las líneas de producción.