Imagina recibir una llamada en medio de la noche, cuando la casa está en calma y el silencio parece envolverlo todo. Es la voz de alguien que conoces, pero alguien que, según todas las certezas del mundo físico, ya no está aquí. ¿Es posible que nuestros seres queridos encuentren una manera de alcanzarnos desde un lugar más allá de nuestra comprensión? ¿Son estas señales un intento de consuelo, una despedida tardía o un recordatorio de que el vínculo que compartimos trasciende la propia muerte? Para buscar las respuestas recibimos a la investigadora Sol Blanco Soler y al experto en duelo José Carlos Hernández.

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