Lectura del texto diario:
Viernes 10 de mayo
Cualquiera que retiene sus dichos posee conocimiento, y un hombre de discernimiento es sereno de espíritu (Prov. 17:27).
Tal vez seas un adolescente criado en un hogar cristiano que piensa que sus padres no lo entienden o que son muy estrictos. Puede que la frustración te haga dudar de que el servicio a Jehová es el mejor modo de vivir. Pero, si dejas la verdad, pronto te darás cuenta de que a nadie le importas tanto como a tus padres y a los hermanos de la congregación. La disciplina de los padres es necesaria. Si nunca te corrigieran, ¿no te preguntarías si de verdad se preocupan por ti? (Heb. 12:8). Pero tal vez lo que te molesta es cómo te disciplinan. En lugar de concentrarte en eso, trata de reconocer que quizás hay un motivo para que actúen así. Por tanto, mantén la calma y esfuérzate por controlar tus reacciones. Ponte el objetivo de ser una persona madura, capaz de aceptar los consejos con tranquilidad y beneficiarte de ellos sin preocuparte demasiado por cómo te los dieron (Prov. 1:8). w17.11 29 párrs. 16, 17